Hay niños en la bañera que han decidido no lavarse el pelo hasta que no me ponga borde, hay cenas por hacer y un huevo solitario cociéndose en un cazo rojo, hay gotas de lluvia cayendo en el portátil y viento y calor infame, hay un hombre que estudia oboe cerca mío, hay estrellas pero pocas y una isla enfrente mío que solo se adivina por las luces de las casas y las boyas que marcan la reserva marina. Hay pelo suelto que se me pone por delante y que está mojado todavía, a este paso incluso hay un incendio de camino si no le hago caso al huevo abandonado sobre el fuego.
Hay tres libros que saqué hoy de la blblioteca y que absorberán mis días aunque no quiera, hay camas por hacer y suelos que barrer y lavadoras que poner. Hay cervezas, muchas cervezas que acabarán en mi hígado por más que me proponga lo contrario. Hay fiestas en proyecto, y fuegos artificiales, y cumpleaños infantiles, y comidas familiares multitudinarias. Hay relatos que no se dejan escribir, instrumentos musicales esperando su momento, técnicas que precticar, series que ver en tv.
Hay posibles viajes que no sabemos si verán la luz, posibles mudanzas que se alejan en el tiempo en vez de acercarse, hay listas de compra (de comida, de muebles, de adornos, de electrodomésticos), hay nubes en el horizonte, y tristeza en el presente, e incertidumbre laboral que me inquieta levemente y que no pienso abordar hasta que pase agosto, hay una hamaca que se ha roto, y un patio lleno de hojas, y muchas plantas que regar, y recibos que pagar, y ropa y juguetes y papeles que ordenar. Hay cucarachas que aparecen en nuestra casa volando por la ventana, y pelusas bajo la cama, y algunos zapatos que tirar, y bastante ropa que planchar.
Hay que madrugar aunque sea verano, y pensar en la comida del día, y sacar dinero del cajero, y transportar gente, y transportarme yo, y charlar con la familia, y ayudar en lo que se pueda y.....sí, parece que esto es la vida real.
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