Bueno, como siempre lo fácil es empezar. Hoy no he tenido un solo momento de desconcierto. Claro que me lo he currado un poco. Por ejemplo: a media mañana no sabía muy bien qué hacer y me he decidido por cocinar un tabulé de quinoa escuchando música al mismo tiempo.
Hace muy poco que he descubierto el mp3. Lo conocía, claro, pero nunca lo utilizaba. Siempre pensé que la gente que va con los auriculares puestos por la calle lo que hace realmente es aislarse del entorno, dejar de ver, de escuchar sobre todo, lo que está, lo que hay. (A este respecto descubrí un día en que decidí escuchar de verdad los sonidos de la calle mientras volvía a casa que la gente no sonamos! Hay tanto jaleo de coches y buses que somos mudos, como fantasmas sin sonido, sólo imagen, cuerpo, pero ni voces ni pasos, nada). Además tuve un compañero que se colocaba el ipod en el trabajo lo cual era muy incómodo puesto que ni hablaba con nosotros ni nos oía y había que ir donde estaba él y tocarlo en el hombro para pedirle cualquier cosa. En fin, que hasta hace nada no sabía de la MARAVILLA que es ponerle música a la vida. Si tuviera que elegir una canción para el día de hoy sería crashed, de Daughtry. ¡La he oído a toda pastilla más de 20 veces!. La verdad es que es muy liberador ponerte a cortar verduras con un cuchillo enorme mientas cantas a voz en grito. Encima, como no te oyes nada bien, la sensación es de que cantas fenomenal!
Volviendo al experimento también he estudiado un poquito de chelo, que es una nueva afición que me gusta y asusta al mismo tiempo. Normalmente cuando consigo ponerme a estudiar me concentro y lo paso bien pero hoy estaba demasiado emocionada con esto del primer día como para sentarme en calma a trabajar. Bueno, un poco sí hice, mejor eso que nada.
Lo que queda de este día sólo plantea un reto importante: ser capaz de apagar la tv después de ver un solo capítulo de la serie de turno, ya os contaré mañana cómo me fué...o esta noche si la cosa es desastrosa!
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