Os dije ayer que iba a intentar que todos nos acostáramos al mismo tiempo pero ¿sabéis qué hice en realidad? Una especie de golpe de estado: dije ¡tonto el último! y salí corriendo para no ser yo la última en irme a la cama.
Esto de irme a dormir tiene su miga porque si no soy la primera en marcharme me toca quedarme a esperar que algún pequeño se duerma para apagarle la luz y no puedo esperar leyendo tranquilamente en mi cama porque allí ya hay alguien durmiendo que, claro, no me deja encender la lámpara de la mesilla. Entonces lo único que se me ocurre es ver la tele, cualquier cosa, no importa, y, pongan lo que pongan, me acabo enganchando a algo. La última vez que me pasó (antes de mi golpe de estado) acabé viendo una peli de una matemática que se cree loca como su padre. No estaba mal pero no valió la pena el cansancio del día siguiente por haberme acostado a las dos de la madrugada. (Ya, pero por más que me lo digo en el momento, no hay modo de despegarme del bicho!)
Otra estrategia: he vuelto al gimnasio...y me he vuelto a marchar! Se me ocurrió meterme en una clase de spinning (sin culotte, que hay que tener huevos) y luego, como estoy intentado volverme una ciclista urbana, me pasé el día por la ciudad en mi bici. Total: mis piernas han dicho que hasta aquí hemos llegado y hasta que no vaya al masajista para que me quite estos nudos infernales prefiero no volver, no sea que me tengan que llevar a casa en brazos!!!
Y de estrategias a problemas: me estoy leyendo un libro que me está gustando mucho. Es Off-side, de Torrente Ballester, lo que me crea mis líos para desengancharme cuando me marco un tiempo tope de lectura. Veréis: con el calor hay que dormir la siesta, claro! Y , por el calor, es difícil despertarse luego. Yo siempre lo consigo poniéndome a leer pero entonces lo que no sé es cómo deshacerme del libro!
Envidio muchísimo a la gente capaz de ponerse en marcha como quien aprieta un botón, simplemente porque así lo han decidido de antemano. Cuando yo decido algo es como si convocara una reunión parlamentaria con todos mis yoes, que se ponen a discutir, argumentar, replicar, perorar y rebatir sobre la decisión tomada. Por eso, mientras se ponen de acuerdo, yo leo! La gente que es una dictadura interna, sin parlamento ni turnos de palabra ni partido de la oposición, parece vivir mejor!
Y ahora os dejo, no porque esté de acuerdo conmigo sobre esto de irme, sino porque parece haber una emergencia casera. Mañana hablamos.
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