sábado, 18 de septiembre de 2010

Volcán

Tengo un volcán en erupción dentro de mí, una mezcla extraña de nervios, creatividad, movimiento, planificación y proyectos. Es raro tener algo así de potente en el interior, sobre todo para alguien como yo, bastante quieta normalmente, bastante más soñadora que realizadora.

No quiero pensar en cuanto puede durar, no quiero plantearme nada que no sea vivirlo plenamente, no digo "disfrutarlo" porque es una experiencia confusa, a veces euforizante, a veces desasosegante, siempre apasionante. Supongo que algo parecido sienten los surferos cuando están sobre la ola, limitándose a estar sobre ella, a hacer lo que hay que hacer, concentración, viento en la cara, presente, agua, fuerza, equilibrio precario.

Hay vértigo también, y muchas dudas, algunas encrucijadas, y subidones portentosos, y ramalazos de angustia, y trabajo, y objetivos y escalones y¡muchos bostezos porque no consigo dormir demasiado!

También tengo miedo pero esto no es ninguna novedad, el miedo me acompaña siempre, es mi hermano o mi sombra, está ahí todo el tiempo, más grande o más pequeño, vive conmigo de modo que, aunque me incordia, y mucho, también estoy acostumbrada a sus palabras.

¿Sabes qué me gustaría? Encontrar la serenidad en medio de todo esto, pararme en el centro, en el ojo del huracán, y poder mirar con calma a mi alrededor, sabiendo que no controlo nada, que es la vida la que tiene toda la fuerza, el ímpetu, el poder, pero que no importa. Tal vez, si esto dura lo suficiente, lo consiga.

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