domingo, 23 de mayo de 2010

3º DIA: leer

Pues voy a contaros un poco como fue la cosa ayer: mal. Se supone que iba a ser un día relativamente sencillo porque trabajaba por la mañana, y hasta ahí la cosa fue bien. Pero a la hora de la siesta olvidé (sí, como te lo cuento, lo olvidé!!) que no debía leer y estuve metida en mi libro más de una hora, con lo que no llevamos a cabo nuestro plan de salir a comprar ropa. Y eso que para ponérmelo fácil he elegido leer un libro bastante mediocre de literatura juvenil!

Tengo muchos libros, montones de libros acumulando polvo. Al principio me gustaba mucho tener libros, era una sensación mezcla de sentir que tienes la droga a mano y también el baño de prestigio que da tenerlos por todas partes. Cpn el tiempo, sin embargo, decidí comprar sólo los que previamente hubiera leído en la biblioteca pública y me gustaran mucho. Desde entonces compro mucho menos, lo que no quiere decir que de vez en cuando sucumba a sus encantos en alguna librería y me lleve alguno.

Pero: ¿qué pasa cuando se me acaba el libro que tengo entre manos y no puedo ir a la biblioteca porque no tengo tiempo, o está cerrada o me han sancionado por devolverlos tarde? Pues que voy a mis colección y releo alguno, normalmente aquel del que recuerdo menos. Así algunos de mis libros lo he leído 5 o 6 veces en años sucesivos. Algunos me van gustando más con el tiempo, otros no soportan la revisión, y a algunos los destierro de mi casa, como hacen los de book crossing. ¿No sabes qué es? Consiste en dejar un libro en cualquier lugar público para que otro se lo lleve y lo lea. En principio los nuevos lectores deben dejarlo de nuevo en la calle, una cafetería, una parada de autobús, cuando lo terminan, pero imagino que mucha gente se los queda si les ha gustado. Yo he liberado algunos porque no me gustaban, me ocupaban espacio en mis abarrotadas estanterías y porque considero que no debe romperse ni quemarse ningún libro (un prejuicio antiguo, supongo).

MI experiencia con la liberación de libros es que, contrariamente a lo que se pueda suponer, desaparecen en un santiamén, como si de verdad hubiera mucha gente hambrienta de libros. Los he dejado sobre coches, en la hierba, en un banco de la calle, y me quedo a espiar discretamente, o paso luego por allí y nunca están. O sea que si tienes algún libro que no te haya gustado (que no te guste a tí no significa que no pueda gustarle a otro) o que te haya gustado tanto que quieras compartirlo con el mundo (esto y a es más raro, los lectores solemos ser muy fetichistas), ¡libéralo en la calle! Es mu divertido. Y si quieres ponerle una etiqueta para que el que lo recoja sepa de qué va, entre aquí: www.bookcrossing.com.

¡Que tengas un buen domingo!! Yo voy a lidiar con el mío.

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