lunes, 18 de octubre de 2010

La prueba del algodón

No recuerdo dónde leí que hay un psicólogo que se jacta de saber en cinco minutos si una pareja se va a separar o no. No he leído el libro, parece basarse en el lenguaje no verbal de las parejas cuando interaccionan entre ellas y en el modo de responderse. Yo no he estudiado psicología ni nada por el estilo pero la experiencia me ha enseñado que hay dos pruebas irrefutables para saber si una pareja sobrevivirá, y no en un plazo más o menos largo sino en cuanto la prueba termina. Son:

1.- los bailes de salón.
Un ¿buen? día tu y tu pareja decidís apuntaros a bailes de salón influenciados quizá por alguna película reciente, porque os gusta agarraros fuerte, porque la música os atrae o porque no tenéis ni pajolera idea de qué hacer juntos. Entonces llegáis a la clase y al principio la cosa no va demasiado mal: la cosa consiste en intentar imitar a la profesora estando enfrente de tu partenaire, con lo que vas viendo si vuestros pies congenian o no. El problema viene luego, cuando toca repetir lo mismo agarraditos. Entonces comienza el infierno de quien lleva a quien, porque si la mujer es más rítmica que el hombre difícilmente va a aguantar que él la arrastre por la pista como elefante en cacharrería, y si es el hombre el más musical, se pondra nervioso enseguida ante tu incapacidad de seguir lo que propone. También es posible que la mujer se niegue a dejarse llevar por el hombre, al fin y al cabo, significa tirar por la borda años y años de dura lucha por la igualdad! Luego hay que contar los pisotones, el no entender lo que la profe pide, el conseguir entrar al ritmo adecuado, todo con buen humor y alegría. Por experiencia os digo que si consigues sobrevivir a un curso de bailes de salón con tu pareja, tienes muchas papeletas para que tu enlace sea de los de "20 años no es nada".

2.- El ordenador.
No sé qué pasa pero cada vez que mi pareja y yo estamos juntos frente al ordenador, saltan chispas, y no de deseo...o sí, pero de deseo de asesinarnos el uno al otro. Hagamos lo que hagamos (abrir una cuenta de correo, entrar en la banca on line, leer un blog, escuchar una canción, mirar un video, escribir un documento...) acabamos como el rosario de la aurora. Tanto es así que, cada vez que me pide ayuda para algo me echo a temblar y finjo no oírle y, si insiste, me dirijo al despacho respirando hondo, disponiéndome a la confrontación inevitable.

Si tienes pareja reciente prueba con estas dos cosas y, si sales victorioso/a ¡no lo dudes, has encontrado a tu media naranja, y sin necesidad de psicólogos carísimos!! Yo he sobrevivido a la primera, la segunda es una prueba eterna y..oh, no! me llama de nuevo!!

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