viernes, 10 de diciembre de 2010

Risa

Debería reirme, sé que tendría que reirme. Así sería más fácil mirar esta imagen distorsionada y tremenda que se me presenta delante, no tendría el corazón en un puño, no sentiría el agujero en el pecho. La risa lo cura todo, todo lo pone en su justa medida, lo convierte en su verdadera escala, lo humaniza. Pero para reir hace falta respirar, es una cuestión fisiológica, sin aire no hay risa como no hay palabras ni vida. Todo esto está muy bien, vamos, es de cajón.

Ahora dile tú a un tipo aplastado bajo una roca de trescientos kilos que, mientras llegan los bomberos a sacarlo de ahí, lo pasará mejor si se ríe. ¿¿Pero cómo se va a reir la criatura, alma de cántaro, si casi no tiene aire???

Se me ocurre que quizá es eso lo que distingue las personas con verdadero temple, a los valientes, la capacidad de reir ante el dolor o la incertidumbre. Hace tiempo escuché una anécdota real que viene al caso, la de unos pilotos de un avión comercial que de repente se dan cuenta de que tienen una avería horrible que les va a impedir aterrizar y que no hay nada que hacer, van a morir. Y entonces les dió por reir: ¡era tan estúpido estar ahí arriba vivos todavía, el avión todavía en marcha como si no pasara nada, cuando ya ninguno de los que estaban allí arriba iba a sobrevivir, que les dió por reir!. Se dijeron las cosas que no se habían dicho antes, en medio de grandes risas, bromas del estilo "si llego a saberlo te hubiera dicho de acostarnos hace mucho tiempo", etc. Se despidieron entre ellos sin dejar de reir y entonces, con el mismo ambiente festivo y ya que no tenían nada que perder puesto que estaban muertos, decidieron probar cosas absurdas: ¿y si desviamos la potencia al motor derecho a ver si eso hace girar la nave? ¿Y si...? Y probando, probando, consiguieron aterrizar el avión. No todos sobrevivieron... pero no todos murieron.

Quiero reirme, de verdad, aunque no tenga aire, y como soy valiente a mi manera, investigaré un modo de hacerlo sin pulmones, sin corazón, sin esperanza si hace falta, pero voy a conseguir reir, lo juro.

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