viernes, 5 de noviembre de 2010

A ti

Que alguien me salve, quiero que alguien me salve de mí misma, alguien que me enseñe los caminos de las luces y las risas, y los atajos, y las trochas venenosas que no deben pisarse nunca. Quiero alguien que me coja de la mano y me guíe, me conforte, me comprenda cuando lloro, y me explique que las hormigas, las cucarachas y la oscuridad no hacen daño.

Quiero que alguien me vea niña y me pinte la sonrisa, alguien que me cuente las trampas y me eduque en lo importante. Quiero alguien que me explique lo de las nubes y el ciclo del agua, y me hable de lo que transcurre por debajo y es tan importante aunque no se pueda ver. Quiero un regazo que me arrope por la noche, y le cante a los monstruos para que se hagan mis amigos, y sepa hacer fuegos de la ausencia, mágicos círculos de luz anaranjada donde nada malo pueda entrar.

Quiero a alguien capaz de enfrentarse a mi propia muerte y luchar con ella para salvarme, o de morir conmigo en el intento en medio de grandes risas. Y globos y muñecas, y dulces imposibles, y estrellas fugaces en el cielo. Quiero una enorme fiesta en mi final, y a alguien que prometa, que jure sobre su propio corazón que nunca me abandonará, que nunca me traicionará, que siempre estará ahí para darme la razón, para acariciarme en el dolor, para lamerme la sal de la cara, para tocarme los dedos en la penumbra, para susurrarme la palabra “calma” cuando estoy nerviosa y tengo miedo.

Te quiero a tí, Emma, te quiero a tí.

2 comentarios:

  1. conste que ayer publiqué un comentario. o eso pensaba yo. pero no. en fin. solo era para decirte que cuentas muy bien el desasosiego. que me quedó algo dentro, como un runrún, que está haciendo ahora cosas dentro de mí, ya ves. porque me pregunto, me pregunto... ¿qué quiero yo?

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  2. Esa es una gran pregunta, quizá una de las pocas importantes.

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